martes, 25 de noviembre de 2008

La literatura árabe

El libro sagrado del islamismo es el Corán, considerado como la palabra de Dios transmitida textualmente por Mahoma (570-632). Se compone de ciento catorce capítulos, llamados suras, cada uno de los cuales está formado por un número variable de versículos.

Entre las obras de la literatura árabe posterior a Mahoma sobresale el conjunto de relatos conocido con el nombre de Las mil y una noches, que circuló durante siglos de boca en boca hasta ser fijado modernamente por escrito. Su transmisión oral, se supone que ya iniciada en el siglo IX, explica las diversas redacciones y refundiciones del libro hasta ser puesto por escrito. Los cuentos de Las mil y una noches no tienen, como era habitual, función moralizadora ni intención didáctica. Muchos de ellos son mágicos o sorbenaturales, otros de aventuras o intriga, y los hay también realistas. El propósito de todos ellos es el entretenimiento de los oyentes y lectores, y algunos de ellos, como el de Alí Babá y los cuarenta ladrones, Simbad el marino o Aladino y la lámpara maravillosa se han incorporado al tesoro de lecturas familiares de todo hombre civilizado.

El hilo argumental que engarza todos los cuentos es el siguiente: el rey Shariyar, para vengarse de la infidelidad de su esposa, ordena que cada noche le entreguen una doncella, a la que manda matar a la mañana siguiente. Una de estas doncellas es Sherezade, la hija del visir, que logra mantener el interés del rey contándole cada noche un cuento. Este cuento se interrumpe justo al amanecer, por lo que el rey, deseoso de saber cómo termina, aplaza la ejecución de Sherezade. Ésta vuelve la noche siguiente a contarle otro cuento que enlaza con el anterior, lo interrumpe de nuevo al amanecer, y así sucesivamente. Cuando, al cabo de tres años, Sherezade le dice al rey que ya no tiene más cuentos que contar, Shariyar la perdona y la convierte en su esposa favorita.

Otro de los méritos de la literatura árabe posterior a Mahoma es el de haber transmitido al mundo occidental numerosas obras griegas, persas, hindúes y, naturalmente, árabes. En esta tarea sobresalieron algunos posistas y filósofos arábigo-españoles, como Abento fail y Averroes.

Durante los siglos de dominación árabe de la península Ibérica destacan algunos poetas, los llamados arábigo-andaluces, como Ibn Hazm de Córdoba, autor de refinadas composiciones líricas, particularmente El collar de la paloma.

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